UruguayUndQuerbeet - Spanisch/Castellan lernen

Etwas zu übersetzen

 Etwas zu übersetzen

Tag

 Ich werde verssuchen diesen Text Satz für Satz zu übersetzen. Wird etwas länger dauern. Wer will kann helfen. Ich denke pro Tag einen Satz.

Laberinto mineral.

Mineralisches Labyrinth


Una visita por cientos de kilómetros de viejos túneles de roca sorprende en Lavalleja

 

 

Una auténtica mina de oro entre sierras

Ich uebersetze mal aus dem Stegreif obiges:

Eine authentische Goldmine in den Huegeln.

LG

Tschicki

A pocos kilómetros de Minas, un tesoro mineral y turístico se esconde entre las sierras.

Wenige Kilometers von Minas verbirgt sich  für den Tourismus ein Mineralschatz unter den Bergeketten. Odin


 

Orlando Marmo es dueño de la vieja mina de oro, un reducto de 700 metros de largo que esconde viejas historias de esclavos y es sitio de buceo.

 

Hace poco tiempo reabrió sus puertas al turismo internacional de un modo poco convencional.

 

Gelsi Ausserbauer |

Dueño hasta el final.

 

Orlando Marmo es propietario del terreno donde se ubica la mina de oro.

 

 

Le han hecho propuestas, pero no tiene intenciones de desprenderse de ella.

 

 

Dueño hasta el final.

Eigentuemer bis zum Schluss

 

 Orlando Marmo es propietario del terreno donde se ubica la mina de oro.

 

Le han hecho propuestas, pero no tiene intenciones de desprenderse de ella.

 

Por a la ruta 8, a pocos kilómetros de Minas, un cartel anuncia la vieja mina de oro.

 

 Los minuanos prestan poca atención al lugar; un viajante poco atento puede pensar que se trata de un simple eslogan.

 

 En general, los afortunados que creen en el anuncio lo hacen porque ya han sido advertidos de la existencia del lugar gracias al fenómeno del "boca a boca".

 

 

No hay avisos sobre la mina de oro en guías locales o nacionales, y no suele figurar en ningún mapa.

 

 

Turismo personalizado

 

En cierto modo, mejor así.

 

 Cuando se llega al predio donde se ubica la mina de oro, luego de atravesar algunos kilómetros de caminos internos entre las sierras, se cruza una portera y la soledad asombra.

 

 

Un arroyo cruza el campo y una discreta cueva se abre bajo un cerro.

 

A pocos metros, un pequeño techo con mostrador reza "Alfajores a 10 pesos", pero nadie está allí para atenderlo.

 

En la parte interior de la cueva, una reja impide el paso.

 

Nadie aparece. En este lugar turístico, no hay largas filas de gente esperando.

 

 

En ese momento, la opción más lógica podría ser irse, a pesar de que, a la entrada del predio, un cartel recuerda que volvieron las visitas guiadas a la mina de oro, con un par de números de teléfonos.

 

 

 

Sin embargo, a lo lejos, sobre la cima de un cerro contiguo, trabajando junto a varios animales, aparece un hombre de ojos azules que, amable, explica -ante la pregunta- que él se encarga de las visitas guiadas a la mina.

 

 

 Cinco minutos después llega hasta ella a caballo y con dos linternas en la mano.

 

 

 Es Orlando Marmo. Pronto abrirá la reja de la mina y relatará historias que tienen casi tres siglos.

 

 

Riquezas varias

 

Metros antes de introducirnos en la cueva, el aire cambia radicalmente.

 

 

En medio de una jornada templada, se vuelve intensamente frío, puro y húmedo.

 

 

Marmo es un excelente guía.

 

 

 Advierte que los ojos se irán acostumbrando, poco a poco, a la absoluta oscuridad, atenuada en algunos tramos por "chimeneas" de más de 20 metros de altura, que permiten que ingrese la luz por un hueco labrado casi hasta la cima del pequeño cerro donde se construyeron 700 metros de túneles para buscar oro, en la década de 1730, según relata Marmo.

 

 

 

"Eso sí -advierte-, yo sólo recorro 400 metros con los turistas, salvo que hayan traído botas de lluvia y estén dispuestos a nadar".

 

 

 

 

 

 

Los más osados optan por esas aventuras submarinas en algunos túneles subterráneos de más de 20 metros que contienen manantiales naturales que desembocan en un arroyo a pocos metros de la mina. El agua, absolutamente cristalina, permite que varios equipos de buceo nacionales se entrenen allí.

 

 

 

 

Hace ocho décadas que las vetas de oro que contiene la mina no se explotan; ya no es rentable, aclara Marmo, aunque muestra con precisión los rastros dorados impresos en las paredes de la cueva.

 

 

 "¿No han pensado, entonces, en explotar el agua mineral?", le pregunto. Después de todo -dicen- el agua será el oro del futuro.

 

 

 Marmo niega con una sonrisa llena de orgullo que reiterará en otros tramos del recorrido.

 

 

"Por ahora no.

 

Pero yo tomo de la que da al arroyo; es totalmente potable", asegura.

 

Además de oro, la mina contiene vetas de mármol, óxido de hierro y granito.

 

 

A la luz de la linterna, son perfectamente visibles los distintos colores que se suceden en la roca: dorado, rojo, verde azulado, beige.

 

 

"Los esclavos, por el año 1700, hicieron uno de los túneles más perfectos que se conozcan, me dijeron algunos especialistas extranjeros.

 

 

 Fijate lo bien hechos que están.

 

 

Les dejaron construir estas chimeneas, porque si no se ahogaban. Pasaban todo el día acá adentro", explica. La mina fue explotada como tal hasta la década de los 30. Después, comenzó otra etapa.